Con la música como marco emocional, en OJALÁ ESTO PUDIERA SER CANCIÓN, Mariela Puértolas, nos presenta unos personajes sometidos a las leyes del engaño, la soledad y el desencanto, cuyos sentimientos se proyectan en melodías y en letras de canciones que escenifican circunstancias y deseos íntimos.
A través de un acertado mecanismo de espejos, la autora establece un breve juego narrativo con Mario, narrador-personaje secundario, y con el lector, y ejerce su dominio creativo con vigor y sutileza anunciando el irremediable desenlace: «Así de simple quisiera Patri que fuera el relato que ella protagoniza (…). Y ya tú, Mario te diluyes. Y sólo quedo yo, otra voz ahora que, como Penélope, deshace el relato que ha entretejido cada poco, y lo vuelve a tejer, (…). Tendré que acabar con Patri. La historia ha empezado demasiado arriba, (…)».Àngels Campos Martínez.
Filóloga. Catedrática de Lengua castellana y literatura
de Educación Secundaria.
Tenía una teoría, la había leído en algún sitio, no recordaba dónde. Con ella se cargaba la teoría platónica de la media naranja. A todos los seres les correspondían, por lo menos, dos tipos de amo-res, que no siempre encontrábamos en esta vida, claro: nuestro com-pañero/a de viaje y nuestra alma gemela. (Mariela Puértolas)
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